El gobierno del Reino Unido ha ordenado a Apple que le proporcione acceso a las copias de seguridad en la nube de todos sus usuarios, independiente del país de origen.
Esta exigencia, esta basada en la Ley de Poderes de Investigación de 2016, también conocida como "El fuero del fisgón" por los ciudadanos británicos.
Esta ley implica una concesión de acceso sin precedentes por una democracia occidental, al requerir acceso masivo a los archivos cifrados de usuarios de todo el mundo, sin informarles sobre ello.
La compañía Apple ha advertido que, de ceder ante estas demandas, socavaría su compromiso con la privacidad y sentaría un precedente peligroso en la industria tecnológica.
Argumenta, que durante años ha defendido la privacidad de sus usuarios y se encuentra en una difícil decisión. Porque han indicado que, antes de comprometer su compromiso a la seguridad y privacidad de los datos sus usuarios, se optaría por eliminar su servicio de almacenamiento cifrado en el Reino Unido.
El debate sobre la encriptación no es nuevo: en 2016, Apple se negó a desbloquear el iPhone del terrorista de San Bernardino, lo que sentó un precedente en la defensa de la privacidad digital.
A pesar de las numerosas presiones gubernamentales durante los últimos 9 años, Apple ha mantenido su postura en favor de la seguridad de los datos de sus clientes y al final una empresa israelí fue quien desencripto el dispositivo.
El gobierno británico se escuda en que el cifrado de extremo a extremo impide la persecución de terroristas y abusadores de menores.
La Unión Europea también ha recurrido a la excusa de la protección de menores para justificar la supresión del cifrado y la puesta en marcha de un mecanismo de vigilancia masiva en Internet.
Pero, si el Reino Unido logra torcerle el brazo a Apple y obligarle a anular su cifrado, inevitablemente otros gobiernos seguirán su ejemplo: esto pondría en jaque el modelo de privacidad digital que Apple y otras grandes tecnológicas han defendido.
Los gobiernos están ofreciendo mensajes contradictorios, pues varias agencias de seguridad de países aliados del propio Reino Unido, como los Estados Unidos o Australia, han enfatizado en los últimos tiempos la importancia del encriptado como forma de evitar ciberataques realizados desde China.
Hace 15 años, Google decidió retirarse del mercado chino debido a la censura y las restricciones impuestas por el régimen comunista: para no tener que cumplir con las regulaciones que exigían la censura de ciertos resultados de búsqueda, Google cerró su motor de búsqueda en China continental y redirigió todo su tráfico a su sitio en Hong Kong.
Por ahora, sabemos que Apple tiene derecho a apelar la orden del gobierno británico, pero el proceso no paralizaría la implementación de la medida. Mientras tanto, millones de usuarios de Apple en todo el mundo podrían verse afectados. Si Apple decide eliminar su cifrado avanzado para evitar abrir una puerta trasera, los datos de los usuarios quedarían más expuestos a ataques y accesos no autorizados.